Dr. Jaime Torres Bodet


Discurso del Dr. Jaime Torres Bodet, Secretario de Educación Publica (México y Director de la UNESCO el 28 de septiembre de 1965, en la XX Conferencia Scout Mundial





" La preparación de las nuevas generaciones debe tender a que no sitúen jamás el mero principio de autoridad trasitorio siempre sobre la autoridad imperecedera de los principios. Porque ni importa, en definitiva, lo que se tiene. No importa, asismismo, lo que se representa. Importa ser; ser en profundidad. Y ser lo que debemos, sin vacilaciones y sin temores. Urge, por tanto, que los jóvenes se percaten de que nada podrá reemplazar de manera durable el compromiso de realizarse, con lealtad para sus personas, sin duda, pero con respeto para el derecho de ser que enaltece a sus semejantes. Ahora bien, ese deber de la juventud tiene dos nombres, tan atractivos como apremiantes. Uno de ellos es "Esperanza". El otro es "Accion". Los dos asocian y se concilian en nuestro ánimo. Porque la esperanza que no conduce a la acción resulta, a lo sumo, vano espejismo, rápida euforia, ilusion caduca, sueño despierto que la verdadera vigilia convierte en nada. Pero la accion que no realiza o no engendra esperanza humana, desmiente lo que construye y corrompe lo que cosecha. Los pueblos de este Hemisferio aspiran a una esperanza digna de ser acción, y quieren actos que cumplan sus esperanzas. De ahí el empeño que ponen en dar a la educación el sentido emancipador que igualmente buscan ustedes con sus esfuerzos, pues los métodos de exploración y de yuda mutua que recomiendan los guías del "Escultismo" afirman la responsabilidad en la libertad y robustecen la solidaridad social de quien la practica. Escuela de energía es el "Escultismo". Y quien dice energía, dice civismo en el mundo de hoy. Y no solamente un civismo acondicionado a los límites nacionales, sino un civismo abierto a todas las razas, sensible, a todos los pueblos... Esto es: un Civismo de positiva amplitud internacional. No bastaría educar a la inteligencia si no lográramos educar con la inteligencia, el caracter, el sentido de la belleza y constancia de la virtud. Se ha comparado las normas de los "scouts" con las reglas del caballero. Nobleza obliga era su fórmula más preciada. En la democracia, hemos de dar los jóvenes otro lema: Obliga a todos la humanidad. El egoísmo ha sido siempre un defecto; pero, en los tiempos que corren, ese defecto revela un trágico anacronismo. Dentro de un mundo de colectividadescada vez más interdependientes, nadie se salva solo, ni las personas mejor dotdas, ni las potencias más imperiosas. Formar el carácter de cada individuo, y hacer que cada individuo adquiera plena conciencia de su responsabilidad frente a los demás, he ahí las metas de toda educación cívica bien trazada. Y esa educación es la que deseamos para los hombres del porvenir"