En la víspera del día de San José se encendían hogueras para anunciar su festividad, recibiendo esa práctica ritual el nombre de «cremà».
La versión popular del origen de las fallas según el Marqués de Cruïlles, fueron iniciadas por el gremio de carpinteros que quemaban en la víspera del día de su patrón San José, en una hoguera purificadora, las virutas y trastos viejos sobrantes, haciendo limpieza de los talleres antes de entrar la primavera. Además, quemaban sus "parots" (estructuras de las que colgaban los candiles que les daban luz) puesto que con el fin del invierno y la llegada de la primavera, y al hacerse los días más largos, ya no eran necesarios. Según esta teoría, la inventiva popular le dio forma humana a estos parots. Esta leyenda romántica del origen de la fiesta contrasta con la documentación conservada en el Gremio de Carpinteros, que no cita la construcción de fallas en su víspera, sino la festividad religiosa del propio día 19 de marzo.
Las figuras humanas de las fallas se llaman Ninots y en el 2014 con el titulo Conviure (Vivir), que resalta la necesidad de proteger el medio ambiente el artista Joan S. Blanch creo una falla con imágenes de tres Scouts, cada año se le concede el indulto a algunas de las fallas que han resaltado y son expuesta en el Museo de las Fallas.
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